Como pintor, es el color el que guía mi gesto. Es una investigación en constante cambio. La forma es a menudo sólo un artificio para mantener el color en el espacio. Este color deseo revelarlo en su dispositivo más simple, desprovisto de cualquier símbolo o interpretación para dejar espacio solo a la sensación.
Los colores de la carta iconográfica de los Archivos de la Metrópolis de Burdeos, elegidos con sumo cuidado en relación con el paisaje circundante, me llevaron a explorar el lugar para dibujar la savia que está en el origen del tríptico Je Perds Le Nord. El deseo de redescubrir a través de la memoria los tintes de luz en forma de polvo y así experimentar un viaje personal entre el desconcierto y la contemplación. Manejar los pasteles en su caja me remite instantáneamente al desarrollo de las pinturas y todas las ramificaciones que han germinado durante la duración de este proyecto. Estos fragmentos me conectan tanto con mis archivos personales como con el sitio de Archivos.
Son estos pequeños guijarros pálidos los que me acompañan e iluminan mi camino.
Exposición colectiva con los artistas: William Acin, Emmanuel Aragon, Philippe Baryga, Lucie Bayens, Julien Béziat, Etna Corbal, Pascal Daudon, Thomas Déjeammes, Franck Garcia, Patrick Genty, Christophe Massé, Eddie Panier, Alice Raymond, Xavier Rèche, Patrice de Santa Coloma, Frédéric Sicard, Tramées, Jean-Christophe Vigneau.
Dentro de los terrenos de los Archivos de Bordeaux Métropole hay una parcela de tierra en barbecho. Espacio destinado a albergar la ampliación del recinto de archivos.
Entre las zarzas, más allá del aparcamiento, hago un inventario: vigas, traviesas, ramas y basura. Las visitas regulares alimentan una narrativa anecdótica en torno a un espacio efímero.
Los diversos registros manuscritos, fotografías, dibujos y calcos realizados in situ me permiten esbozar un tríptico.
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